RETOMANDO
NUESTRAS CONVERSACIONES DE CAFÉ…
Dedicado a Pilar y al Ing. M.A. Olivares C.
Hace algún tiempo, dejamos en
“stand-by” estas bellas conversaciones que según reza nuestra literatura, se
entablan entre dos amantes de la Sabiduría
Atemporal, es decir, buscadores de la Verdad, como siempre se ha
considerado al verdadero filósofo, más nunca al erudito o especialista en
diferentes temas de la mal denominada actual “Filosofía” ; personas, profesionales o llámese doctores que lo que
buscan es confundirse y confundirnos más, pues el verdadero conocimiento no
está en la confusión del conocimiento y en el mal arte de la conversación de
una mente dual, que no sale del laberinto cretense, más bien, lo que hace es
perderse en él y confundirnos con sus agudos razonamientos y una lógica
aristotélica mal entendida, logrando tan solo (“muy hábilmente”) mostrando su
sofisma, tan igual como el denominado “arte
moderno”, como por ejemplo, en la pintura, unos cuantos brochazos mal
dados, resulta siendo tan incomprensible hasta para el mismo pseudo-artista
(que sólo es artesano), como para quienes la observamos; y esta falta de
comprensión de algo verdaderamente incomprensible, nos hace pensar de que no
estamos en el nivel necesario como para poder comprender, cuando en realidad,
son tan sólo brochazos al azar y manifestaciones de una psique alterada,
confundida y hasta patológicamente enferma; y lo mismo encontramos, dentro de
lo que denominamos “música moderna”,
que nos recuerda a los antiguos tambores africanos, retumbando sin cesar,
llevándonos a veces a un estado de desconcierto, pues para ellos, eran tan sólo
ritmos repetitivos y absurdos que los llevaban, en el mejor de los casos a un
estado de trance.
La decadencia de la civilización
occidental no tan sólo se muestra en el predominio aplastante y masificante de
los diferentes grupos de poder económico, que recordando el Mito de Platón, son
los verdaderos “amos de la caverna”
y los gobiernos que representan a estos diferentes países, son los miembros
encadenados de esta caverna, que por dar una interpretación más confusa y
antojadiza de las sombras que ven en el fondo de la misma, son aparentemente
“elegidos” como presidentes, ministros, congresistas, otros; que componen los
poderes ejecutivos de estos mal denominados “Estados”.
“Individuo” y “Estado”
son elementos abstractos, que se retroalimentan mutuamente, “individuo”,
viene de “indiviso”, aquello que no se puede partir y el “Estado”
es aquel Ente que busca la unificación, primero de la “personalidad”, para que alcance ésta el estado de Individuo, logrando una diversidad, al
educir en cada uno de ellos, sus múltiples, variadas naturalezas, lo que mal
denominamos “personalidad”, que como
veremos, personalidad es “máscara” o “disfraz”
(Personare=”sonar a través de…”).
El Estado, al lograr esta variabilidad dictaminada por la Naturaleza
en el “verdadero individuo”, más no en la personalidad, recibe, como el centro
de una estrella de múltiples aristas, conocimiento y ángulos diversos de vista,
buscando en toda esta diversidad, una complementación armónica, que lo lleva al
gran salto de tan sólo un “gobierno” a un verdadero “Estado”; más nunca, busca
masificar e igualar al hombre dirigiéndolo por estereotipos y paradigmas
creados por los modernos “amos de la caverna” (grupos de poder económicos
actuales), que utilizan la propaganda y la publicidad como látigos de estos
denominados “amos modernos”; formando una tábula rasa a la que denominaremos
“el mundo de los liliputienses” en donde el que levanta la cabeza, en vez de
ser ejemplo para los demás, son los demás los que tratando de cortársela para
seguir en este estado mal llamado “de igualdad”.
La igualdad no es una realidad,
ya que por ningún lado somos iguales (mucho menos, hombres y mujeres), esto no
significa, que unos sean superiores a los otros; sino que “somos complementarios
y divinamente únicos”.
Para completar la idea,
recurramos al antiguo Sócrates, que por boca de Platón nos dice: “según explica
Sócrates a Glaucón (uno de los mejores sofistas de Atenas), la “caverna” es el
mundo material, vulgar y corriente; los presos son la humanidad en conjunto.
El
“liberado”, es quien por trabajosos caminos ha logrado transferir su conciencia
de la obscuridad a la luz, de lo irreal a la realidad, de la angustia
existencial a la dicha de la conciencia despierta.
Es, en fin, el “individuo”, en
cuanto “idea”, separado de las oposiciones materiales y psicológicas de las
pasiones. Pero, el personaje de este mito, además de ser “filósofo”, armonizador
de sí mismo, es “filósofo político”, o sea, es “verdadero filósofo”, y vuelve
al mundo para transferirle su experiencia.
Pero las masas, esclavizadas,
engañadas, y creyéndose en lo cierto por ser tantos sus componentes y tan pocos
los que la tratan de liberar, se vuelven embrutecidas, besando y acariciando
sus oprobiosas cadenas”.
En el principio de su cautiverio,
cada uno de los presos habrá registrado sus experiencias, tomando las sombras
por realidades, y los ecos por palabras, emitidas por las mismas sombras; la
máquina de engaños hábilmente montada y sus cadenas, no le permitieron más que
ese camino hacia el error, aunque aparentemente tuvo libertad de elegir.
Más tarde, los figuradamente
generosos, amos del recinto, invitaron a cada encadenado a elevar su voz e
intercambiar opiniones con los demás, diciéndoles que así los dejaban en plena
libertad de pensar y de que eligiesen como jefe y guía al que quisiesen entre
los encadenados, pero, ¿qué libertad era esa si ya estaba previamente
condicionada tan sólo a la esclavitud y al error?
Periódicamente, un preso u otro,
dirigió las resoluciones de todos, pero no: los verdaderos jefes han sido los
que, para su conveniencia egoísta e inhumana, montaron la máquina aprovechando
la caverna.
Detrás de los bastidores se ríen
de los estériles esfuerzos de los presos y de sus parodias de libertad.
En la clave política, la
“caverna” es la llamada “democracia” y los presos los ciudadanos que engañados,
se creen libres en su seno.
Nos han preguntado sobre las
diferentes definiciones de conceptos que ahora no son claramente entendidos o
en el peor de los casos, distorsionados.
R: Así como tu pregunta es
difícil, la respuesta lo es aún más. Por la variabilidad de las diversas
definiciones de la misma.
P: Yo
suelo entender que conciencia es el conjunto de actividades psíquicas
vivenciadas como “presente”. Pero esa relación estricta con lo que le sucede al
hombre “ahora” es como casi quitar toda posibilidad de conciencia. Ni
filosófica ni psicológicamente, el “presente” tiene más valor que el de un
punto dentro de una inacabable “recta sinusoide”, que tiene más de pasado y de
futuro, que de presente. Tal vez la conciencia fuese entonces, la capacidad de
trasladarse, punto por punto, en el tiempo y en el espacio, viviendo un “eterno
presente”…Por eso, preferimos las definiciones que nos hablan de conciencia
como de “memoria”.
R: Siendo tu pregunta y tu
conceptuación de conciencia, muy interesantes y en boga, quisiera yo añadir, si
me lo permites, que según Pradines,
se refiere a la conciencia como “una puesta en acción” una organización de
conocimientos (cum scire)”, una operación unificadora cumplida con intensión y
según designio. La conciencia es, sobre todo, una memoria preparada para tareas
del porvenir y estar en la tarea presente con toda el Alma.
P: De
la última definición que acabas de mencionar, extraemos, pues, los elementos
que nos permitirán a nuestra vez, aclarar lo que es la conciencia. La misma
palabra, la que nos ayuda y nos recuerda el concepto de las viejas escuelas
filosóficas entre “conciencia” y “concentración” hay un estrecho parentesco. Y
la concentración es una agrupación alrededor de un centro, si concebimos al YO,
como una esfera, la conciencia radica en el punto o el eje central, alrededor
de los cuales giran los demás factores de la vida psíquica, ese eje, ese EGO;
lo que gira alrededor es la “personalidad”, así, la conciencia se entiende como
“posesión de sí mismo” y el acto de posesión se realiza cuando se posee el
centro de la esfera, cuando se gobierna toda la estructura humana desde el eje
central, verdadera labor de concentración.
R: Entonces diríamos según lo que
acabas de mencionar, que ante nuestra vista aparecen actuando, un YO y múltiples YOS: el UNO
que dirige y controla y los OTROS
que reciben su modo organizado de vida, desde la cabina central del YO-CONCIENCIA. Esto es lo que, en los estudios
de Sociopolítica, vimos como una conformación del “INDIVIDUO” a través del camino
político, es el YO, que, sin prescindir
de los Múltiples Yos, para su
subsistencia en un mundo de relación con otros humanos, concuerda y dirige la
acción de esos Yos, cual un pequeño
y verdadero “Estado”.
…CONTINUAREMOS…






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