El sendero del ajedrez
Cuantas veces en estos artículos
probatorios o tesis (que la tesis tiene sus diferentes acepciones en el
diccionario) he mencionado quizás con temor, admiración, sorpresa y en ninguno
de ellos he perdido la necesidad de la búsqueda de cuál es el sendero para cada
civilización o tipo de humanidad que se manifiesta y sobre todo en la persona
misma. Ahora estoy convencido de que los senderos son infinitos, como alguien
decía: “no estés esperando una oportunidad, sino que no dejes pasar las
múltiples que cada día se cruzan en tu vida”.
Al final, Si! Porque somos Él: a
imagen y semejanza de Dios, Él mismo nos dice esto y que somos sus
hijos, quien sabe, por lo menos nosotros no, pero si lo intuimos y todo esto ¿qué
tiene que ver con el ajedrez?
El ajedrez como sabemos, es el
enfrentamiento de dos ejércitos, fue creado por los persas, pero se sabe que es
más antiguo y tenía otros elementos también, el que tenemos actualmente nos es
muy útil y nos ayuda a tener discernimiento muchas veces en nuestras acciones.
El Bhagavad Gita (luego explicaremos su significado) y el ajedrez,
tienen muchas cosas en común, pero no comprensibles para muchos de la actual
humanidad. No estoy diciendo que las blancas son los Pandavas con Arjuna y Krishna, comandando todo el ejército
(en esas épocas los ejércitos se componían por más de diez mil personas),
poniéndose frente a frente, pero sin embargo, es un mito, es un símbolo, “una
realidad preñada de significados”, que sólo hay que dilucidarlo.
Resulta que los Pandavas tenían temor de enfrentar a
los Kuravas con su guía, Krishna,
que era su Maestro espiritual, mientras que Arjuna era el comandante general; aun así, entran en batalla y
retoman la ciudad de Hastinapura (la
ciudad de los elefantes, el símbolo de la sabiduría), pero descubrimos que es
una pelea con múltiples significados, mitos y símbolos. Los Pandavas eran los “buenos”, y así los Kuravas quienes eran los primos hermanos de los Pandavas, eran sus enemigos a muerte,
los usurpadores de la ciudad de Hastinapura,
es decir, del reino de la sabiduría; entre ellos, muchos se sentían
identificados y se relacionaban
continuamente, pero su capacidad guerrera demostraba debilidad frente a los Pandavas.
Los Kuravas, quienes representan nuestros defectos, debilidades, miedos
e inseguridades, neurosis, depresiones, sentimientos de culpa y una gran
variedad de los fenómenos afectivos que todos tenemos, estaban igualmente
preparados y dispuestos a enfrentar a su enemigo.
Pero Arjuna tiene miedo y él representa en nosotros a nuestra “psique”,
nuestras fortalezas, capacidades, virtudes y habilidades, de las cuales el
hombre constantemente duda, mientras
que Krishna, el Maestro espiritual, representaría la conciencia con su
capacidad de discernimiento, es decir, “discernir”
es elegir la buena semilla dentro de la maleza.
Este libro del Bhagavad Gita, significa en sánscrito “Canto
al Señor” y ha sido extraído de un libro sagrado mucho mayor, tanto en
volumen de conocimiento como en sabiduría, que es el Maha Barata, que significa: “La gran guerra” (estamos hablando
de libros sagrados de la India).
A veces los Pandavas no eran los hijos predilectos de Dios, eran humanos y tenían
un Maestro que no lo era, sino por lo contrario, éste tenía un conocimiento y
un poder indescriptible en palabras. Hay cosas que se pueden entender
viviéndolas o haciéndolas, en el ajedrez tenemos que elaborar proyectos
adelantándonos a posibles peligros y defendiéndonos a través del ataque, que
resulta muchas veces la mejor defensa (pero no siempre), porque hay que saber
cuándo y cómo hacerlo.
El ajedrez nos enseña
indirectamente, el “Arte de la guerra” de Sun
Tzu. Tomando la versión que nos deja percibir que primero tenemos que
vencernos a nosotros mismos y luego encontraremos las armas y tácticas
pertinentes para vencer al contrincante (entiéndase por contrincante en la
mayoría de los casos, los problemas, las ansiedades, los miedos, las
depresiones, frustraciones y otros que
nos atacan).
El ajedrez, como la vida es una
guerra; tenemos que diferenciar entre lo que es GUERRA y lo que es VIOLENCIA.
Todo el Universo está en GUERRA,
entendiéndose por ésta el esfuerzo, la constancia, perseverancia, que nos
enseña el mismo en la búsqueda de completarse. El ajedrez nos permite luchar
también contra nuestras inseguridades, miedos, dudas y otros que todo buen
guerrero posee, pero que finalmente sabe cómo derrotar.
El contraataque en la guerra;
sobre todo, a la que nos referimos contra nuestras debilidades, es ese momento
que percibe el discernimiento a través de la conciencia, para iniciar nuestra
reconstrucción, así como aquel hermoso mito del ave Fénix, que desde las cenizas se reconstruye otra vez en ave.
El ajedrez con sus diferentes
variables por cada juego resulta hasta cierto punto intrincado para el jugador,
normalmente para la Humanidad la vida resulta intrincada, compleja,
desconcertante; no sabemos por qué suceden las cosas, no conocemos del arte de
la guerra de la vida. Por eso el jugador de ajedrez al enfrentar a su
contrincante siempre va a encontrar este arte de la guerra, que comienza con él
mismo, para saber elegir la jugada oportuna en el momento oportuno.
Recordemos que cuando Fischer derrota a Karpov en un campeonato mundial de ajedrez, Karpov requirió tratamiento psicológico por un tiempo determinado.
¿Qué
es lo que lleva a Karpov a esta
situación de confusión y de necesidad de ayuda psicológica? Fueron las
diferentes actitudes y situaciones teatrales, dramáticas y hasta cómicas que Fischer asume ante tan excepcional
maestro de ajedrez.
¿No será que la vida nos exige a
veces asumir actitudes que aparentemente son diferentes a nuestra conducta
habitual, tanto para nosotros como para los demás; teniendo un control y una
seguridad de que estos cambios y alternativas, las conocemos y el
discernimiento en su puesta en práctica nos muestra algunas otras variables
favorables que no las habíamos previsto?
El Dr.
Jorge Angel Livraga Rizzi considerado Gran Cruz de París, con varios
doctorados y con cientos de conferencias dictadas en más de cuarenta países,
nos recomendaba siempre aprender y a jugar el ajedrez, pero también nos hacía
dilucidar, que el verdadero ajedrez y la única ganancia o pérdida en este juego
es con nosotros mismos, considerando al contrincante como un motivador y promotor
para ayudarnos a pensar que la razón y la lógica se conviertan en instrumentos
de la Inteligencia. Y eso, damas y caballeros es la VIDA.
El Maestro



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