EL AMOR
El Amor comienza con el “valorarnos”, respetarnos y amarnos; finalmente y verdaderamente sentirnos HIJOS DEL PADRE, porque él ha querido que sea así.
Respetar y valorar también
nuestras debilidades, porque son las que también nos hacen diferentes y nos
completan y son parte de la manifestación de esta dualidad, así como la honestidad,
que es una forma de manifestación de la Verdad, no podemos ser honestas sino
decimos la Verdad, para poder encontrarnos como un recipiente preparado para
albergar al Amor.
Ya dejemos de especular sobre
aquello que no se especula ni se piensa, sino que se vive, se siente y se
expresa; lo demás es parte de nuestra mente dual que quiere conceptualizar
aquello que ya no es necesario, porque está tan interiorizado en nuestro Ser,
que ya no necesitamos definirla con una Mente Kamamanásica tan limitada (Mente
Kamamanásica= Mente Dual, Comparativa).
Acerquémonos poco a poco a
nosotros mismos, para poder acercarnos a los demás, y démosles nuestra vivencia,
nuestra experiencia y nuestra cultura, porque todos deberíamos tenerla, porque
ella nos ayuda a precisar nuestras palabras con la dirección y el
discernimiento adecuado, tratemos de vivir el discernimiento porque es la
expresión de la conciencia, se encuentra más arriba que nuestra Mente
Kamamanásica.
El discernimiento nos permite
conocer, limitar y también agradecer lo que la mente nos da en su estadio
superior, él está sobre la mente limitada que todavía tenemos, porque existe
una Mente Superior más amplia y muy poco teñida con las emociones y pasiones
del cuerpo de nuestro plano Psíquico-emocional (denominado Astral en occidente
y en oriente, conocido como Linga Sharira en idioma sánscrito).
La conciencia es el puente entre
todos los planos que constituyen al hombre, pero sobre todo con esta última, la
Mente Pura o denominada en sánscrito: Manas, que se manifiesta muy poco en la
Mente Dual, la cual recibe tan sólo chispazos de esta Mente, a través de la
conciencia.
Después de amar a un Ser
Superior, llamémosle Brahma, Alá o Krishna; o como Albert Einstein decía que “Dios es una sustancia pura y recta que se
manifiesta en el Universo, incomprensible para nuestras frágiles mentes”;
tenemos que amarnos primero a nosotros mismos, porque nadie puede dar aquello
que no tiene. Para amarnos a nosotros mismos, necesitamos conocernos a nosotros
a mismos o acaso amamos a alguien sin conocerlo? Apreciamos o valoramos algo
sin conocerlo? O lo que es peor: conociéndolo equivocadamente.
Es cuando nos remontamos a la
consabida frase de Sócrates: “conócete a ti mismo”. Nadie puede dar aquello que
no tiene y es peor darlo de esa manera causando un perjuicio total en nuestra
relación: amical, fraternal, familiar, de pareja y otros.
Tengo que aprender a dar de lo
mejor que tengo y lo mejor que tengo a través del conocimiento me permite no
sólo obtenerlo, sino que saber transmitirlo.
PRIMERO: ÁMATE A TI MISMO.
SEGUNDO: ÁMATE A TI MISMO.
TERCERO: ÁMATE A TI MISMO.
Finalmente, amaremos, sabremos
cómo hacerlo y los resultados se notarán en la limpia correspondencia de esa
persona.
EL AMOR ES SILENCIO Y
DEMOSTRACIÓN DEL MISMO, BAJO LAS CARACTERÍSTICAS INDICADAS ANTERIORMENTE.

Comentarios