Credibilidad v/s Confiabilidad
Los términos nacen doctrinalmente o rescatando el espíritu
de la Ley que se deja ver en cada uno de ellos, es que ambos nacen de la misma
necesidad y buscan el mismo objetivo, pues el CREER lleva a la CONFIABILIDAD
por sí mismo y la CONFIABILIDAD conlleva al CREER en sí mismo.
Pero cuando hablamos de CREDIBILIDAD o CREER,
inconscientemente, la mayoría de las veces nos estamos refiriendo al creador,
mientras que cuando hablamos de CONFIABILIDAD, pierde fuerza este término porque
no se relaciona con el CREADOR, podríamos especular así también que el CREER
implica a la VOLUNTAD, al AMOR y a la INTELIGENCIA. La CONFIABILIDAD, tendría
que implicar en nuestros niveles de percepción mental o espiritual, aunque sea
inconscientemente a estos tres atributos que le otorgamos a la anterior
CREDIBILIDAD.
La CONFIABILIAD, se subordina a la CREDIBILIDAD, pues nadie
puede CONFIAR sin antes CREER. Si la expresión conocida: “Hay que ver para
creer” extenderíamos ésta con la frase: “Hay que creer y luego confiar”. No
podemos otorgar valor a la segunda, si esta no está precedida por la primera.
En consecuencia, el CREER puede o no otorgar CONFIABILIDAD
al creyente. Te puedo CREER, pero eso no significa que debo CONFIARTE.
La CREDIBILIDAD, le da una actitud de acción a la
CONFIABILIDAD.
Y en términos espirituales, CREER implica UN ACTO DE FE, que
conlleva consecuentemente al CONFIAR.
Para poder CREER en algo o en alguien, debemos primero CREER
EN NOSOTROS MISMOS, ya que somos nosotros que estamos otorgando valor a algo o
a un tercero, que de por si implica CONFIAR por nuestro acto de CREENCIA.
El Maestro




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