Síndrome de boreout laboral: ¿qué es y cómo detectarlo?
A diferencia del síndrome de burnout o “trabajador quemado”, el síndrome de "boreout" o aversión al trabajo se relaciona con un sentimiento de enojo, aburrimiento, despersonalización y desmotivación que deriva en un deterioro progresivo del rendimiento.
Muchas son las exigencias del mundo actual en materia laboral. Expertos en recursos humanos de todas las latitudes coinciden en que las denominadas “enfermedades laborales” están en pleno crecimiento, tanto en los países industrializados como en las naciones en vías de desarrollo. Una de las más analizadas es el llamado síndrome de burnout o del “trabajador quemado”, que se manifiesta cuando una persona experimenta altos niveles de estrés y agotamiento por causa de las presiones laborales a las que es sometido.
Sin embargo, existe otro fenómeno que capta cada vez más la atención y se presenta más en las esferas de altos ejecutivos y profesionales de alto nivel: el síndrome de boreout o aversión al trabajo. A diferencia del primero, el boreout se relaciona con un sentimiento de enojo, aburrimiento, despersonalización y desmotivación, que deriva en un deterioro progresivo del rendimiento laboral.
Este desinterés y mal humor puede ser el resultado de la conjugación de varios factores: realizar tareas por debajo de las capacidades intelectuales o de formación, bajo reconocimiento del trabajo realizado, desempeñar tareas repetitivas o monótonas, no visualizar un futuro en la empresa, no recibir ningún ascenso o aumento de sueldo, etc.
Para detectar si estás siendo víctima de este mal, existen algunas señales a las que puedes estar atento, como por ejemplo:
1. Te sientes deprimido el domingo en la tarde.
Luego de la hora del almuerzo, te empieza a invadir una terrible sensación de congoja y melancolía que se agudiza a medida que pasa el día. Cuando llega la noche ya no sabes cómo hacer para enfrentar la semana que se viene.
2. Te cuesta activarte por la mañana.
Pese a que los lunes deberían ser los días en los que tienes más energía productiva, te sientes totalmente distraído e incapaz de hacer un buen trabajo.
3. Sientes irritabilidad respecto a tus compañeros de trabajo.
Ya nadie te cae bien en la oficina. Por algún motivo u otro, hasta las personas con las que tenías más afinidad te parecen irritables.
4. Utilizas internet como una forma de escape.
Te la pasas todo el día chateando con tus amigos, navegando en Facebook o leyendo las noticias online para evadirte de tus tareas.
5. Estás cada vez más aislado.
Ha llegado el punto que ya no quieren interactuar con nadie, ni tienes ganas de concurir a ninguna reunión social donde asista gente del trabajo. Sencillamente, todo lo que se relaciona con la empresa te fastidia.
Comentarios